De la misma manera que los rusos son advertidos de no comportarse como personas homofóbicas cuando viajan fuera de su país, las personas homosexuales podrán seguir instrucciones de cómo deben comportarse si pretenden acudir al Mundial de Rusia, el próximo verano, a través de una guía de precaución realizada por la red Fútbol en contra del racismo en Europa (Fare por sus sigas en inglés: Football Againt Racism in Europe), que actualmente lucha por la igualdad en el fútbol y que se repartirá por los aficionados que viajen al país de Vladimir Putin.
«La guía aconsejará a las personas homosexuales que sean cautelosas en cualquier lugar en que no parezca aceptar la comunidad LGBT. El mismo mensaje está ahí para los aficionados de minorías negras y étnicas; vayan a la Copa del Mundo, pero tengan cuidado. Los aficionados gays que caminen por la calle de la mano, se ponen en riesgo al hacerlo; depende de la ciudad en la que se encuentren y la hora del día. La guía también incluirá algunas explicaciones detalladas de, por ejemplo, la situación real de la comunidad LGBT en Rusia. No es un crimen ser gay, pero existe una ley contra la promoción de la homosexualidad hacia los menores. Los problemas relacionados con la comunidad LGBT no son parte del discurso público. La gente gay tiene un lugar en Rusia que está bastante escondido y bajo tierra», declara Piara Powar, director ejecutivo de Fare
En diciembre del año pasado, Rusia pretendía acusar de propaganda gay al videojuego Fifa 17 por sumarse a la campaña Rainbow Laces, que actualmente vuelve a secundar la Premier League británica, por lo que no deja de ser atrevido por parte de Fare que hayan solicitado a la FIFA el permiso para izar la bandera arco iris dentro de los estadios de fútbol durante la celebración del Mundial, cuyo sorteo tiene lugar este mismo viernes, 1 de diciembre, en el Kremlin. Si bien las exhibiciones políticas están prohibidas en los estadios, consideran que la bandera del orgullo LGBT no entraría dentro de esa categoría al no reconocer ninguna barrera física ni política.
El código disciplinario de la FIFA prohíbe específicamente los abusos relativos a la raza, color, idioma, religión u origen de los aficionados, con infracciones que se castigan con multas económica para la asociación de fútbol nacional de cada infractor, con la expulsión del Mundial como sanción máxima, pero no contiene alusión alguna sobre las agresiones en función de la orientación sexual. «Desde la Copa Mundial de Brasil hemos visto variaciones de ese canto convirtiéndose en algo grande en el fútbol», explica Powar refiriéndose a expresiones como 'puto’, «no hay ofensa de homofobia en el reglamento de la FIFA y hemos dejado en claro que lo debe haber. Es fundamental que haya un mensaje claro sobre la capacidad de Fifa para actuar en estos casos contra los hinchas que son responsables de abusos».
Mientras que algunos consideran que la Fifa debería escoger mejor los lugares donde se celebra el Mundial, tal y como reclamaba Robbie Rogers, lo cierto es que la Fifa ha demostrado su compromiso en la lucha contra la homofobia en el deporte al sancionar a siete clubes nacionales en mayo del año pasado, así como instando a Qatar a modificar su legislación con el objetivo de disminuir la persecución contra los homosexuales de cara al Mundial de 2022. Por el momento se ha prohibido la presencia de alrededor de 300 miembros de grupos de extremistas en el Mundial de Rusia, mientras que el excentrocampista del Chelsea, Alexei Smertin, ha sido nombrado inspector de antirracismo y discriminación en la Federación Rusa de Fútbol, en un cargo que parece haberse tomado muy en serio al imponer multas a los clubes infractores.
