No todos queremos un príncipe azul

Algunos hombres no queremos a otro hombre que viva y respire para nosotros, no queremos el típico príncipe azul, el estereotipo de hombre que todo el mundo cree que es el ideal para uno; aquel hombre que nos “rescate” de todas las malas experiencias amorosas pasadas y nos brinde un futuro mejor a base de su “perfección”; que sea detallista siempre, que cada minuto, cada segundo de su día piense, respire y viva para nosotros.

No, no todos los hombres deseamos ser “rescatados y protegidos”, porque cada persona es responsable de cada decisión que tomó, en caso de una mala experiencia amorosa sabemos cuándo un hombre nos va a hacer daño o cuándo no va a funcionar, sólo que nos aferramos tanto a la romántica idea de lo imposible que creemos que podemos hacerlo posible y ahí es cuando podemos salir lastimados, pero no es por el cruel destino queridos caballeros, es por nuestra terquedad (y decisión).

Lo que sí buscamos es un “término medio”, que se preocupen por nosotros pero no de una forma asfixiante, de esa manera sentimos que tenemos importancia para él, que tenga gestos de caballerosidad como brindarte su abrigo cuando tengas frío, no dejarte a la deriva si sales con él a alguna fiesta o reunión, llevarte a tu casa ocasionalmente; lo detallista es de vez en cuando porque sino se vuelve costumbre, sin el mismo entusiasmo, alegría, cariño.

Queremos a un hombre que nos quiera pero no de una forma obsesiva ni mucho menos posesiva, que piense en ti, que te escriba o vaya a buscarte cuando se dé un tiempo para los dos, que salgan juntos pero también que salga con sus amigos y tú con los tuyos. En fin, que tenga su vida pero decida compartirla contigo.