A algunos de nosotros nos han hecho creer en mentiras como que la masturbación produce ceguera o que al masturbarnos nos crecerían pelos en las palmas de las manos. Incluso pueden hacernos creer cosas tan absurdas como que quien se masturba tiene la mano ocupada y hace que Dios no pueda tenderle la suya, o que al masturbarte estás teniendo sexo con Satán. Esto sólo revela que, cuando un dogma trata de imponerse, por muy religioso que sea este dogma, ante la falta de veracidad y de argumentos sólidos no se duda en emplear la mentira y el miedo.
En Estados Unidos hubo una época donde se practicaron demasiadas circuncisiones debido a la falsa creencia de que así se evitaba la masturbación, sin embargo esta práctica no se ha eliminado de las clínicas. En la actualidad sigue practicándose a los recién nacidos a pesar de que no evita la masturbación y no aporta ningún aumento en la salud a los circuncidados.
La masturbación es una actividad muy común y frecuente
Tanto en la especie humana como en algunos animales. Y, al contrario de lo que piensa la mayoría, aproximadamente el mismo porcentaje de hombres y mujeres recurren a ella, 93% y 89% respectivamente. Incluso se han realizado ecografías en las que se puede apreciar como el feto se masturba, observándose esta actividad tanto en fetos masculinos como femeninos.
La masturbación puede protegerte del cáncer de próstata.
Tiene efectos ansiolíticos es de todos conocido; son pocos los hombres que no han recurrido a ella para poder dormir. Sin embargo la ciencia ha descubierto nuevos beneficios que contradicen todas las creencias dogmáticas contrarias a la masturbación. Entre esos beneficios de la masturbación se encentran:
- El alivio del estrés
- Efecto analgésico
- La disminución de probabilidad de padecer cáncer de próstata
- Baja el índice de ataques al corazón
- Refuerza el sistema inmunitario
- Fortalece físicamente
- Baja el ritmo cardíaco
Los médicos aconsejan que el hombre tenga más de tres orgasmos a la semana, ya sea con o sin pareja, e incluso una masturbación diaria se considera normal y saludable.
El ADN de los espermatozoides pierde calidad a medida que pasa el tiempo.Los espermatozoides pueden vivir hasta setenta y dos días dentro de los testículos. Pero estos espermatozoides van perdiendo poco a poco la calidad de su carga de ADN reduciendo la posibilidad de fecundar o aumentando el riesgo de malformaciones en el feto en el caso de que la fecundación llegue a realizarse. Es necesario por tanto un mecanismo para expulsar los espermatozoides defectuosos para ser sustituidos por otros renovados y mejores.
Según las pruebas realizadas en clínicas de fertilidad en donde se han pedido dos eyaculaciones a hombres, tras tres días de abstinencia sexual en la primera eyaculación el volumen de semen es grande pero es baja la calidad del ADN respecto a los espermatozoides eyaculados tres horas después de la primera eyaculación
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