miércoles, 11 de julio de 2018

Para que no te rompan el corazón es necesario actuar como si no tuvieras uno

No porque el amor sea dolor, si no porque el amor siempre está acompañado por él. De hecho, me atrevo a decir que el amor es necesariamente precedido por dolor. Las pocas veces que me he sentido enamorado era porque sufría.

Me di cuenta de que sufría por él, fuera por la razón que fuera, y era porque indudablemente estaba enamorado.

El sufrimiento no era resultado de que él tratara de hacerme daño, pero sus acciones, palabras o algunas situaciones me dolían. Tenía que aceptar que lo quería profundamente, y entonces comprendí que usualmente, la mayoría de las personas sabemos que estamos enamoradas cuando ese alguien con quien estamos y a quien queremos, puede lastimarnos sin querer.



La gente siempre dice que estás enamorado cuando la otra persona puede hacerte sentir más feliz de lo que alguna vez pensaste que podías ser, y creo que eso es cierto; sin embargo, sentir amor y darte cuenta de que estás enamorado son dos cosas distintas.

Aceptar que estás enamorado es usualmente la parte más difícil. A menos que seas una de esas personas que se “enamoran” dos veces por semana. Pero ese tipo de gente no cuenta porque no entienden lo que es el amor.

Para los que rara vez nos enamoramos de verdad –no mucho más de un par de veces en nuestras vidas – aceptar que estamos enamorados puede ser complicado.

Es muy fácil la primera vez, pero la segunda, tercera o cuarta vez se vuelve más complicado. De hecho, la dificultad incrementa con cada relación. ¿Por qué? Porque casi seguro no terminó bien la última vez, e incluso si terminó bien, la experiencia fue dolorosa. No importa qué etapa de una relación amorosa consideres, cada etapa trae intensas, y a veces abrumadoras emociones.

Llegar a aceptar que te has enamorado siempre es precedido por dolor, incluso si el dolor es solo porque quieres a alguien a quien no puedes tener. Estar enamorado, incluyendo todos los deseos, necesidades y emociones, es un tipo de dolor por sí mismo.

Una vez que ya estás metido por un tiempo en la relación, aparece el periodo cómodo. Un momento en el que nos planteamos si seguimos enamorados o si el amor desapareció, lo que también duele.

Finalmente, para la mayoría de las relaciones amorosas viene la ruptura, algo increíblemente doloroso y emocionalmente dañino.

Después de todas las experiencias divertidas aparecen dos opciones: paz o agonía. O aceptamos que perdimos a la persona que amábamos y seguimos con nuestras vidas, o somos incapaces de dejarla ir, y en cambio vivimos en la sombra de esa relación.

Algunos son capaces de hacer un corte limpio, mientras que otros están destinados a anhelar, pero no volver a tocar nunca más. Por eso, no debería ser una sorpresa que muchos no quieran enamorarse de nuevo. Probablemente siguen sufriendo por la última vez.


Estar enamorado no te convierte en un loco… tienes que estar loco desde antes para permitirte pasar por todo eso, especialmente si no es la primera vez.

Solo un demente se inscribiría voluntariamente para sufrir tanto, tanta tristeza, tanta locura voluntaria. Probablemente estaríamos todos mucho mejor si no nos permitiéramos enamorarnos, si pretendiéramos que no tenemos corazón.

No creo en eso, realmente. Sé, es cierto que la única forma garantizada de que no te rompan el corazón puede ser pretender que no tienes uno. Pero esa no es manera de vivir. La verdad es que todo el dolor que experimentas y todos los tiempos difíciles con los que tienes que lidiar son necesarios.

Es necesario para que crezcas como un individuo. Es necesario sentir el dolor del amor para entender el significado de la pérdida. Y más importante, necesitas el dolor del amor para sentir amor.

Necesitas sufrir cuando estás enamorado para entender cuánto necesitas a la otra persona. Necesitas sentir dolor porque a través de ello se aprende. Sufrimos. Y al sufrir, entendemos que necesitamos a esa persona para dejar de sentir dolor. Necesitamos a la persona que amamos para sentirnos tranquilos y seguros. Para sentir que estamos en casa.

Mientras tengas un corazón, mientras tengas esa necesidad emocional básica de encontrar y pasar tu vida con una pareja, no solo te estás arriesgando a ser lastimado, lo estás garantizando.

Lo único que puedes hacer es encontrar a una persona que te haga menos daño.

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