Es posible que a día de hoy ya tengas otra pareja, y que pocas cosas te recuerden ya ese amor de antaño que tanta felicidad o infelicidad te trajo. Ahora bien, el que tu mundo consciente no lo recuerde no significa que el inconsciente lo haya olvidado.A veces, podemos estar pasando por un problema con nuestra actual pareja. Algo así puede hacer que nuestro cerebro nos haga soñar con aquella relación de antes con la cual, revivir momentos similares, o por lo contrario, comparar a ambas personas para hacernos pensar cosas como: “esto es lo mismo que viví antes”, “está claro que ahora soy más feliz y que vale la pena luchar por esta relación puesto que es la más importante que he tenido”.Atiende tu presente pero sé sensible a tu experiencia anterior para tomar decisiones. Ahí donde tus sueños pueden ser de gran ayuda. Soñar con nuestras exparejas puede ser a veces algo útil.
2. Esos días de estrés cuando el cerebro nos tortura o nos relaja:
Estás pasando unos días de gran estrés en el trabajo o con tus estudios. Sientes la ansiedad invadiendo tu cuerpo y tu mente, te cuesta dormir, y cuando lo haces, de repente te encuentras con “Él”, con “Ella”. ¿Te ha pasado?La química de nuestro cerebro se encuentra afectada por el nivel de cortisol en sangre, por la adrenalina… Ese caos de neurotransmisores va a hacer que tus sueños puedan ser de dos tipos:Puedes tener sueños relajantes, ahí donde tu cerebro ansía regalarte calma. Por ello, puede llevarte a un momento muy grato del pasado que compartiste con una de tus exparejas. Uno de esos en que al despertar, casi te entran ganas de reencontrarte de nuevo con esa persona.Por otro lado, es posible que suceda lo contrario. A mayor nivel de estrés mayor sensación de angustia, y de ahí que soñemos con ese amor del pasado del cual, tan malos recuerdos guardamos.
3. Cosas pendientes que pesan en la mente:
Este hecho es realmente común. Cuando terminamos una relación no siempre lo hacemos de la mejor manera. No hay explicaciones, no hay despedidas y existen aún muchas conversaciones que deseamos tener y que no tuvimos.Los cabos sueltos son anclas que buscan puertos donde amarrar y descansar. De ahí, que sea habitual soñar con esa expareja con la cual, mantenemos una discusión, o a quien vemos pasar ante nosotros sin que él o ella nos vea. Nos ignora mientras nosotros deseamos detenerla para hablar, para que nos ofrezca las respuestas que no tuvimos.
En ocasiones, cerrar círculos nunca es fácil. Por ello, en materia afectiva es necesario siempre darnos un adiós cara a cara con sinceridad, aunque duela. Porque la verdad nos permitirá pasar página de forma más madura.
Ahora dinos… ¿Te ha pasado a ti? ¿Has soñado alguna vez con tus exparejas?
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